Queridos lectores:
Me hace especial ilusión compartir con vosotros la entrada de hoy. Antes de entrar en materia, hagamos memoria. Hace casi tres años os presenté a un profesor valenciano, amante de las palabras, su significado y su poesía; autor de Pinceladas de Harmonía y El diccionario de JLFJ (si pincháis en los títulos podréis leer las entrevistas correspondientes). Su última publicación es precisamente la segunda parte de Pinceladas de Harmonía: Pinceladas de Harmonía.Con. Una historia que sigue la misma línea de su predecesora; llena de humor, surrealismo, positivismo y alegría. Perfecta para combatir al "queridísimo" coronavirus. Y para que podáis conocer más a fondo lo que esconde Harmonía (porque Harmonía es un lugar, un pueblo), os hemos preparado esta entrevista acomodada al puro estilo harmoniense, con las más sabias palabras del creador de Harmonía. ¿Preparados? Pues no tengo nada más que añadir salvo... ¡Disfrutad mucho de la entrevista!
El título de tu nuevo libro es Pinceladas de Harmonía.Con, pero no me ha quedado muy claro si es con oleo o con acuarela…
¿Acuarela o leo? No tengo ninguna duda, la respuesta es “leo”. El cuentacuentos Daristóbulo Gorostidi defiende la máxima de “Leo; luego, antes, ahora y después”. Yo la suscribo. Leonor, Leocadio, Leovigildo, Leonardo, Leonidas y Leopoldo, también.
Leyendo sientes, creas, recreas, estimas, comprendes a los demás y aprendes a vivir. La lectura abre la mente, sumamente clemente, y te dejas llevar por la imaginación que palpita por viajes de eternos retornos.
En Pinceladas de Harmonía.Con leo el oleo. El oleo es una técnica pictoricoliteraria que he creado “ex profeso” para el libro. Con él, incito al lector a que reflexione, observe, juegue y perciba lo que lea. Todos los personajes de Pinceladas de Harmonía.Con leen porque creen en la lectura; incluso algunos como el lírico Novenio crean lectura. Novenio siempre lee sus poemas ante sus amigos antes de publicarlos porque le gusta “tantear el impacto que la obra podía tener en el público. Es el arte de las explicaciones, glosas, sensaciones, análisis, sentimientos, deducciones…”. En casa de Novenio todos animan y aplauden, Olé, Olé.
En las pinceladas de Pinceladas combino el uso del oleo con el acrílico por una cuestión de economía (el acrílico es más módico y espasmódico) y rapidez (el acrílico tiene un secado más acelerado).
Sin embargo el acrílico y el oleo no se mezclan en la paleta; los utilizo en el soporte viendo particularidades y pormenores argumentales.
La primera capa (la que vendría a ser el croquis del texto) la realizo en acrílico. Cuando ya está seco el esbozo, le añado el oleo. Y después de la aclaración ya surge la ornamentación del trazo que me lleva a rematar con adherencia el resultado de las pinceladas. 2-15 con efluvios de 17.
El trabajo conjunto (de forma similar a la amalgama sutil del oleo y el acrílico) también se percibe en Pinceladas de Harmonía.Con con los protagonistas de la obra: Enzia trabaja con Paz, Lisardo con Lucía, Yalinka con Teodoro, Aridany con Claudio, Ana con Arsacio, Arcadio con Jendelyn y Bebo… El trabajo en equipo incentiva la motivación, la inventiva, la eficacia y el sentido de pertenencia. El yo en Harmonía es un yo colectivo. Colores chiJones, pinceles de tejón, paletas refinadas, espátulas de acero con mango de madera y demás accesorios “oleocrílicos” configuran el cuadro desafiante del libro en sus diferentes episodios.
Me ha llegado un rumor de que tu libro sabe a fresas ¿es eso cierto?
El germen del sabor a fresas nace desde la pincelada protagonizada por Lisardo y Lucía. Ellos han creado un gastrobar llamado “Zumo de fresas” que elabora una estilo de cocina que es una auténtica fiesta para los sentidos. Mezclan tradición y modernidad. ¡Otro canto a la fusión!
Cocinan tarta de milhojas de hojaldre con bizcocho sietemesino, froquis de arroz glutinoso con boloñesa coreana, pionono con dulce de leche y coco, rollitos de hanoi vegetales con hojas de lechuga y menta, puré de papas revolcadas con mojopicón, rodaballo en salsa de erizo con patatas panaderas picantes, mayo de yuzu y kumquat confitado, pata negra con pesto de almendras y ajo confitado, empanada despistada con virutas de trufa del huerto de Arcadio Garféllez, ensalada de garbanzos con brócoli y coliflor, espárragos verdes fritos sobre mousselina de marisco arisco…Junto a estos manjares, como bebida únicamente sirven zumo de fresas. De ahí viene la homonimia y el rumor.
Desde allí se expande el icónico sabor a fresas sobre bastantes páginas del libro ya que Lisardo y Lucía, así como su extensión de metonimia gastronómica, vuelven a tener presencias (en mayor o menor medida; activas o referenciadas) por diferentes capítulos. Toparse mientras lees con este sabor sublime es un rasgo de estilo característico de la obra. La mente lo agradece; las papilas gustativas, también.
La fragancia de fresas te estimula el apetito de seguir leyendo a la par que logra hacer más digeribles los pasajes más retóricos. La fibra de las figuras literarias, los pigmentos surreales, el ácido humor y las enzimas de sus enigmas son minerales básicos que favorecen el gusto por la lectura. Intento que el lector se sienta tan a gusto como el comensal que se sienta en el “Zumo de fresas”.
Pinceladas de Harmonía.Con es un libro con una finalidad de entretenimiento medicinal porque sus suculentos rasgos de rojo brillante ayudan a mejorar la salud. Este es el método de la fresa: Pinceladas de Harmonía.Con; pura vitamina C.
Si frío es a invierno, como calor a verano; rojo es a sangre, como negro a carbón; ¿a qué equivale Pinceladas de Harmonía.Con?
Pinceladas de Harmonía,Con equivale a mil veinticuatro megabytes de experimentación; equivale a una multiplicación de la percepción de lo intangible, equivale al total de lo local y lo global, equivale a una alegoría de resiliencia y limerencia, equivale a la geometría solícitamente apasionada, equivale a la inclusión de la cultura pop continental en la actitud punk contenida, equivale al arrebol entre lo infalible y etéreo, equivale a la paradoja de la tecnología avanzada…
Pinceladas de Harmonía.Con es la anáfora de la verdad de la vida.
Me gustaría viajar a Harmonía, pero… ¿Necesito hacer una PCR?
Ahora necesitas un PCR negativo realizado 72 horas antes para poder entrar en Harmonía. En el futuro espero que sea como en el pasado y que se pueda viajar libérrimamente sin necesidad de someterte a este tipo de pruebas diagnósticas.
En la portada del libro aparecen siete personas, cada una de un color diferente, saltando de alegría (o eso me imagino yo), todos felices de la vida… Buscando el número en internet (cualquier cosa puede salir de aquí) he encontrado lo siguiente: suerte, perfección, creación. Términos bastante agradables. Pero, ¡oh vaya! También tenemos al Apocalipsis ni más ni menos: siete sellos, siete trompetas, siete copas (toda una serie de desgracias fatales). Y seguro que todo el mundo conoce los siete pecados capitales (o al menos le suenan vagamente)… Que se lo pregunten a Brad Pitt. En fin, que lo que se me vino a la cabeza después de indagar un poco es si no habrás escondido a Brad Pitt en Harmonía (y quizá por eso el mundo está tan revolucionado).
Se ven pocos yerros premeditados por Harmonía. El linaje medular no deja sello de liberada infracción. Sus habitantes prefieren tocar la carraca antes que la trompeta. El idiófono suena mientras los dientes de la rueda levantan las lengüetas. En Harmonía nadie esconde a nadie. Nomás Novenio es conde, pero prefiere pasar desapercibido mostrando su lírica menos tradicionalista. Allí, la llegada de Brad Pitt podría ser tan celebrada como los conceptos de “Bradipepsia” o “Bradilalia”. Todos resultan pitayeros en la morada del alma.
Por otro lado, nadie dice que la vida sea fácil ni perfecta. Ni siquiera en Harmonía. Los harmonienses son afortunados porque son proactivos, inquietos, curiosos y trabajadores. Y por encima de todo, se dejan empapar por la cultura. Los harmonienses asisten a exposiciones en galerías de arte, participan en concursos gastronómicos, colaboran en tertulias periodísticas, suben videos a You Tube, disfrutan de premieres cinematográficas. De igual forma, podrían reírse a carcajadas con los monólogos del paisano Leo Harlem, escucharían excitados el rock fresco y desinhibido de Tequila u observarían alucinados las fotos psicológicas de Alberto Schommer…El arte gravita sobre sus cabezas porque les aporta paz espiritual y les da identidad.
La cultura ayuda en las situaciones difíciles de cada día; por eso es tan revolucionaría. Harmonía apuesta por ella como permanente hábito de consumo. El arte propaga la revolución sana; y la ignorancia, la insana. La revolución del mundo tiene que ser harmónicamente pedagógica; de lo contrario, en lugar de progreso eficiente habrá involución excluyente. La dimensión artística ha de conectar con el instinto de la razón; por eso no hay que dejar que las élites económicas se adueñen del arcoíris la cultura.
Dejando a nuestro amigo Brad a un lado, el arcoíris también juega un papel importante a simple vista en la portada. ¿Qué podemos encontrar al principio del arcoíris? ¿Y al final?
Al principio del arcoíris podemos encontrar el éxito propuesto por las RRSS, medido por abundantes “me gusta” arbitrarios y efímeros. En las redes sociales hay demasiada idea tóxica, exhibicionismo selectivo, imagen sesgada, vanidad fatua y pérdida de contacto humano que no nos ayuda precisamente a concentrarnos en lo realmente importante.
La validación social no ha de llegar desde las interacciones falsas ni las manipulaciones informativas. Admitiendo que necesitamos cierto reconocimiento foráneo, simplemente hay que reformar el concepto de este éxito ilusorio bombardeado desde la tecnología para ajustarlo al auténtico proyecto de vida que cada cual tiene que encontrar como vocación para poder desarrollarse en él. La vida real es más sabia y auténtica que la savia virtual.
Cloe se desarrolla diseñando arcoíris radiantes, Aridany pintando cuadros pintones. Novenio componiendo poemas lisérgicos, Lisardo creando gastronomía molecular….La tecnología la usan en su justa medida; nada más… y nada menos. La tecnología ayuda y es necesaria… tanto como puedan serlo la salud, la amistad o la ilusión por alcanzar retos. Hay que disfrutar de la pureza de la vida sin necesidad de estar “enganchados” a espejismos resbalosos.
Entre el principio y el final del arcoíris encontramos las 7 virtudes por las que transitan los habitantes de Harmonía: alegría roja, humildad anaranjada, esfuerzo amarillo, sensibilidad verde, conocimiento cián, sensatez añil y mérito violeta. Dominando la mente combinada de refracción, se dominan los pensamientos reflejados de la luz. No tenemos que distraernos. La apertura mental nos llevará a realizar pequeños gestos que nos llevarán a lograr grandes gestas.
Al final del arcoíris aparecerá la grandeza del ser humano que iluminara un pontón de valores por delante del límite de acciones y tentaciones.
En Harmonía todo es color “diecisiete nuevas pinceladas de luminosos colores”; he pensado que podría darle un toque de color entonces a esta entrevista. Las siguientes láminas son, desde luego, muy llamativas. ¿Sabías que según lo que interprete una persona de ellas se puede realizar un psicodiagnóstico de la personalidad? Qué divertido. Analicemos pues la mente de José Luis Fernández Juan, quizá nos dé una pista de lo que significa realmente Harmonía… ¿Podrías describir las imágenes que se presentan a continuación? (Tranquilo, prometo no enviarte a ningún psiquiátrico). Al final de la entrevista encontraréis una breve explicación de estas láminas.*
1-“11 razones” de Aitana + “El mal querer” de Rosalía.
¡Hola! Muchas gracias por la entrevista y por darnos la oportunidad de conocerlo un poquito. Un besote :)
ResponderEliminarHola, gracias por la entrevista, no lo conocía hasta ahora.
ResponderEliminarFeliz Navidad desde Promesas de amor, nos leemos.