Queridos lectores:
Hoy quiero compartir con vosotros una reflexión un tanto filosófica a la que mis amigas y yo hemos estado dándole vueltas últimamente.
Como bien dice el título: la felicidad plena... ¿Existe? Ya sé que la felicidad es algo demasiado abstracto y demasiado incalificable y cada uno puede vivirla de infinitos modos. Aún así, por muchos baches que te ponga la vida, siempre tendremos nuestro momento (un día, una hora, un minuto o un segundo) de felicidad, pero la cuestión es: ¿podemos ser felices siempre?
Admiro profundamente a las personas que viven por y para la felicidad. Su única meta es llevar su vida a lo más alto, lo más lejos posible de todas esas cosas que nos machacan (o intentan machacarnos): desde lo más liviano: los simples disgustos "de niños", un suspenso, una mirada no correspondida... Hasta lo más doloroso: las enfermedades, la muerte... Todo eso que en conjunto llamamos "un mal día".
En mi opinión, se puede ser muy feliz, pero creo que siempre va a haber algo que hará comernos la cabeza, por ínfimo que sea. He leído en un blog un texto (que por su extensión no lo reproduciré entero a continuación) y me han llamado la atención dos cuestiones:
1. El concepto de felicidad, desde una perspectiva histórica, ha estado mucho más conectado con la sabiduría. Es decir, el conocimiento aporta al ser humano un horizonte de libertad, por otra parte, también puede poner en práctica la capacidad de superación personal. Platón afirmaba que no hay nada mejor repartido que la felicidad en tanto que cualquier ser humano, puede acceder a ella. Es decir, la felicidad no es un bien que dependa del dinero o de la economía, sino un tesoro que se cultiva a través del trabajo interior.
2. Desde una perspectiva filosófica, el ser humano tiende por naturaleza a la felicidad, es decir, este punto nos iguala a todos […].
Llegando al final, la repuesta a la pregunta es, sinceramente (y ojo, siempre desde mi punto de vista), no. No creo en la felicidad plena. Hay factores que la activan en unas personas y otros, en otras. La felicidad no se puede medir, pero si fuese posible, estoy casi segura de que casi todos nosotros no tendríamos una línea recta y constante que la reprodujese, sino múltiples subidas y bajadas. Aunque esto no signifique que nosotros no debamos poner de nuestra parte para que esas bajadas disminuyan y aumenten las subidas.
¿Y vosotros? ¿Qué opináis acerca de esto? ¿Creéis en la felicidad plena?
Como bien dice el título: la felicidad plena... ¿Existe? Ya sé que la felicidad es algo demasiado abstracto y demasiado incalificable y cada uno puede vivirla de infinitos modos. Aún así, por muchos baches que te ponga la vida, siempre tendremos nuestro momento (un día, una hora, un minuto o un segundo) de felicidad, pero la cuestión es: ¿podemos ser felices siempre?
Admiro profundamente a las personas que viven por y para la felicidad. Su única meta es llevar su vida a lo más alto, lo más lejos posible de todas esas cosas que nos machacan (o intentan machacarnos): desde lo más liviano: los simples disgustos "de niños", un suspenso, una mirada no correspondida... Hasta lo más doloroso: las enfermedades, la muerte... Todo eso que en conjunto llamamos "un mal día".
En mi opinión, se puede ser muy feliz, pero creo que siempre va a haber algo que hará comernos la cabeza, por ínfimo que sea. He leído en un blog un texto (que por su extensión no lo reproduciré entero a continuación) y me han llamado la atención dos cuestiones:
1. El concepto de felicidad, desde una perspectiva histórica, ha estado mucho más conectado con la sabiduría. Es decir, el conocimiento aporta al ser humano un horizonte de libertad, por otra parte, también puede poner en práctica la capacidad de superación personal. Platón afirmaba que no hay nada mejor repartido que la felicidad en tanto que cualquier ser humano, puede acceder a ella. Es decir, la felicidad no es un bien que dependa del dinero o de la economía, sino un tesoro que se cultiva a través del trabajo interior.
En conclusión, puedes creer en la felicidad desde el punto de vista de la sabiduría y de la lógica, o desde el punto de vista filosófico. Yo, personalmente, me decanto más por la primera opción, pues no todos tienden por naturaleza a la felicidad, y, recalcando el primer punto, reconozco que unos tienen el objetivo de la superación personal más marcado que otros, por lo tanto la felicidad también varía. Y hay veces que cuanto más se exige uno, más infeliz es.
¿Y vosotros? ¿Qué opináis acerca de esto? ¿Creéis en la felicidad plena?
''la felicidad no es un bien que dependa del dinero o de la economía, sino un tesoro que se cultiva a través del trabajo interior.'' No podría estar mas de acuerdo con esa frase
ResponderEliminarCreo que eso que escribiste es muy importante. Yo me inclino más por la primera opción, en un instante puedes ser feliz (en especial cuando estás con alguien mas olvidas todo el dolor y te concentras en estar con esa persona, o puede ser mucho más simple como un meme divertido o leer un libro) así que la felicidad no es constante (por mucho que nos gustaría que fuera). Además, si fuera constante nos daríamos cuenta realmente de que somos felices? Los momentos tristes también forman parte de la vida y de alguna forma moldean quienes somos, así que siempre es mejor verlo desde una perspectiva optimista. Es decir, sabiendo que no puedes ser totalmente feliz, pero al menos tratar de sentirte feliz en cada una de las cosas que hagas.