10/12/22

Reseña: La marca del meridiano, Lorenzo Silva

Queridos lectores:

Breve actualización sobre mis dramas lectores:

La llamada de socorro que lancé en la última entrada no ha podido sentarme mejor; agradezco de corazón a quienes habéis comentado con vuestros consejos ^_^. Por fin he terminado una lectura (la que precisamente vengo a reseñar hoy) y he retomado un libro que llevaba leyendo a ratos desde hace mucho tiempo (¡el maravilloso clásico Orgullo y prejuicio!) y, para mi sorpresa, ahora siento que puedo terminarlo del tirón. 

La reseña comienza aquí:


FICHA TÉCNICA
Título: La marca del meridiano
Autor: Lorenzo Silva
Categoría: Independiente (Saga Bevilacqua y Chamorro)
Páginas: 399
Género: Novela policíaca
Edición: Editorial Planeta (Colección Autores Españoles e Iberoamericanos)
ISBN: 
978 84 08 03123 9
PVP: 21,00€

En una sociedad envilecida por el dinero sucio y la explotación de las personas, todavía el amor puede ablandar a las fieras. Un guardia civil retirado aparece colgado de un puente, asesinado de manera humillante. A partir de ese momento, la investigación que ha de llevar a cabo su viejo amigo y discípulo, el brigada Bevilacqua, abrirá la caja de Pandora: corrupción policial, delincuentes sin escrúpulos y un hombre quijotesco que buscará en el deber y el amor imposible la redención de una vida fracturada. Ambientada en la Cataluña actual, esta absorbente novela policíaca de Lorenzo Silva, maestro indiscutible del género, se adentra más allá de los hechos y presenta un sólido retrato del ser humano ante la duda moral, el combate interior y las decisiones equivocadas.


Me gustaría aclarar un detalle antes de proseguir con la reseña. Aunque este título se incluye en una saga se puede leer perfectamente sin haber leído los libros previos; es una historia independiente.

La novela ofrece en primer plano un cruel asesinato de un guardia civil. El brigada Rubén Bevilacqua se hace cargo del caso, junto con sus ayudantes la sargento Virginia Chamorro y el guardia Juan Arnau. De forma inesperada, su investigación se verá envuelta en casos más complejos de corrupción. 

Si hay algo que justifica mi poco disfrute de esta lectura sin duda ha sido la evolución de los hechos. Cuando leo novelas policíacas busco que me sorprendan, que me mantengan física y emocionalmente pegada al libro hasta que se desvele "el malo", que me hagan bailar al son de giros argumentales (cuantos más mejor), que me obliguen a crear mis propias teorías y posteriormente que las destrocen con un desenlace impactante. A mi pesar, no he encontrado nada de esto en La marca del meridiano. En mi opinión, no hay acción, no hay "chicha".

Los personajes ni me han entusiasmado ni me han decepcionado. Por otro lado, la lectura me pareció densa, con demasiados diálogos que a veces me sonaban forzados y repentinas descripciones rebosantes de un lenguaje muy poético en contraste con el coloquial de base. La guinda del pastel se la lleva el final. Por no irme de la lengua solo diré que ha sido muy decepcionante. Me quedé igual que estaba al comenzar la lectura. 

Parece que he venido únicamente a quejarme de este libro. No desesperéis, hay algo positivo. Me llamó la atención la crítica social que el autor realiza durante toda la novela. Es un elemento continuo que sitúa muy bien al lector en el ambiente que viven los personajes, un fragmento de la realidad. 

Me desmoralizaba su soledad, que no era nueva ni seguramente reversible, y que a medida que sus nietas crecieran y fuera menos necesaria para criarlas, o les resultara a ellas menos soportable la cháchara de la abuela, adquiriría una consistencia áspera y definitiva.

En conclusión, La marca del meridiano se trata de una novela policíaca que no recomendaría si buscáis una lectura intensa, ágil y sorprendente. Se adaptaría más si buscáis una historia pausada, con un ritmo lento, una visión de la sociedad realista.  

P.D.: cuando leí esta novela no me encontraba en uno de mis mejores momentos lectores; llevaba una mala racha de lecturas, estaba muy decepcionada con los libros en general ya que ninguno conseguía llenarme. Puede que mi opinión no fuese tan negativa en otras circunstancias. 



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